Asador Brabo abre sus puertas en Barcelona

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En la propuesta de BRABO, donde la brasa es protagonista, se ofrece sabores tradicionales como resultado del origen y resultado de la trayectoria de sus chefs, Rafa Panatieri y Jorge Sastre.

En los platos destaca la técnica de la brasa, pero también los curados y los encurtidos y se propone una experiencia sencilla en donde habrá una selección de principales, a elegir entre carne y pescado, donde se podrá acompañar de diferentes tipos de guarniciones.

El proyecto de emprendimiento de los chefs Rafa Panatieri y Jorge Sastre, ha abierto sus puertas en Carrer de Sèneca 28, a escasos metros de Diagonal y Paseo de Gràcia de la ciudad de Barcelona.

Rafa y Jorge, con 35 y 27 años respectivamente, presentan su nueva propuesta gastronómica tras su apertura hace 3 años de sus reconocidas pizzerías Sartoria Panatieri. Ambos chefs se conocieron en las cocinas del Hotel Omm dirigido por los hermanos Roca. Tras años en cocinas de prestigio como Echaurren o Celler de Can Roca, escogen, de nuevo, Barcelona como destino para inaugurar BRABO.

La idea de Jorge y Rafa es la de fusionar un restaurante de alta gastronomía con un asador moderno enfocado en el producto. Un santuario del fuego en pleno centro de Barcelona donde la brasa predomina por encima de todo.

Cocina enfocada en la parrilla Por ello, la propuesta de Brabo consta de una carta breve formada por 15 platos en total, dividida en entrantes como los cogollos a la brasa con picada de frutos secos o la cazuela de setas y huevo de corral, platos principales como el chuletón de vaca frisona o la paletilla de cordero lechal lacada en su jugo, acompañamientos como aligot con queso Puig Pedròs o ensalada de hojas de temporada con cebolla tierna y postres

como churros con chocolate. Los chefs elaborarán varios platos especiales disponibles cada día y que cambiarán semanalmente, al igual que los platos de la carta principal.

La base de la cocina de Brabo es la de toda la vida, usando técnicas tradicionales. La parrilla llena de brasas donde usan leña (encina, haya, olivo) y carbón, escenario principal del restaurante, es de donde salen todos los platos: carnes, pescados y verduras.

Tanto el producto como las opciones de acompañamiento y las guarniciones son tratados de manera sencilla manteniendo el sabor, textura y su propia forma.

Maduraciones, brasa y encurtidos

En la carta de Brabo destacan diferentes técnicas: hay presencia de curados, como el lomo de vaca vieja frisona, se aplica la brasa en productos como la calabaza y los platos se completan con fermentados, encurtidos y fondos muy trabajados.

Brabo se rige por la temporalidad, por el pescado del día, por la carne de alta calidad de proveedores de confianza. Diferentes opciones de carne, pescados para compartir y una diversidad amplia de platos de verduras a la brasa. El 70% de referencias de la carta se elaboran a la brasa.

El ticket medio rondará entre 50 y 60 euros para los 4 platos principales que se recomiendan compartir entre 2 personas.

La propuesta líquida de Brabo

Los chefs también apuestan por una carta líquida enfocada en pequeños productores y una producción muy limitada. Para su dirección cuentan con el sumiller y responsable de sala, Mihai Toma, con una larga trayectoria en alta gastronomía.

Mihai propone una carta corta – en las que más de la mitad de referencias provienen de pequeños productores y variedades raras – con la puesta en valor del entorno a través del trabajo de la viña y del cultivo de la uva.

El sumiller plantea el origen, la cultura y el placer como fundamentos de una carta que irá adaptándose a las temporadas al igual que hacen los ingredientes que se usan en el restaurante.

El espacio de Brabo

El espacio situado en Sèneca, 28, a escasos metros de Diagonal y Paseo de Gràcia, cuenta con cocina, parrilla y bodega vista y tiene capacidad para 40 comensales. Se trata de un local /espacio a pie de calle de 130 metros cuadrados cuya reforma ha sido dirigida por Antonio Spalleta Arquitecto en la que se han respetado algunos elementos del antiguo local, como las columnas, escaleras y las paredes de ladrillo visto.

El gris carbón, el verde y el negro serán los colores protagonistas del espacio, una gama que contrasta con la luz que entra por los ventanales de la fachada del restaurante.

En la sala, se podrá presenciar el ritmo del fuego desde todas las mesas del espacio mientras se descubre la propuesta de Brabo.

En el piso superior, se encuentra una sala privada que funcionará como reservado y estará disponible para todos los clientes que quieran vivir su experiencia gastronómica en ese espacio, disponible para 16 personas máximo.

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