El restaurante Atrapallada reinterpreta el plato típico de la Cuaresma, el Potaje de Vigilia; elaborado a base de bacalao, puré de garbanzos y espinacas fritas. Un plato muy apetecible y singular con el que podrás cumplir con una de las tradiciones de estas fechas.
Los viernes de Cuaresma, el miércoles de ceniza y el Viernes Santo es tradición abstenerse, en símbolo de ayuno, del consumo de carne. Y es costumbre comer en esos días pescado, en especial bacalao, que suple el aporte nutritivo de la carne y está de temporada (su mejor época es de diciembre a mayo).
De origen castellano, el bacalao con garbanzos se remonta a la Edad Media que es cuando empezó a popularizarse en la Península Ibérica el consumo del bacalao en salazón. Durante muchos siglos se ha convertido en el plato emblemático de la Semana Santa que además de delicioso es sano y muy nutritivo.
Atrapallada, el restaurante más gallego de Madrid, ha querido hacer un homenaje al Potaje de Vigilia, con una reinterpretación muy cuidada y artesanal, que mantiene la esencia y los sabores de este histórico plato.