Cada botella de vino de la Ribera del Duero es única, y en su interior alberga un vino inimitable que ha superado numerosos controles antes de llegar a los consumidores. Girando la botella el consumidor podrá encontrar la contraetiqueta con el logo del Consejo Regulador que garantiza que esa botella de vino es un auténtico Ribera del Duero.
Por ello, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero, fiel a su política de mejora continuada, ha introducido la más alta tecnología para evitar falsificaciones en las botellas de vino. Se trata de un distintivo holográfico exclusivo y único, que permite garantizar, de una forma aún más segura y fiable, su control y comercialización.
Cada una de estas nuevas contraetiquetas son totalmente infalsificables, gracias a una serie de medidas de seguridad que hacen prácticamente imposible una reproducción ilícita de la misma. Para ello, la DO Ribera del Duero ha introducido una tecnología de última generación en materia de identificación y protección de marchamos de calidad, convirtiéndose así en pionera en lanzar esta nueva tecnología en el mercado.
Desde 1998 el Consejo Regulador ha venido invirtiendo en medidas de seguridad para evitar la falsificación de sus vinos. En 2004 se comenzó a utilizar la tecnología holográfica, similar a la utilizada por los billetes de euro, para proteger sus contraetiquetas de calidad. Y en 2016 se comenzó un proceso de mejora de la seguridad con la implantación de una tecnología única que hace aún más difícil de falsificar las ya infalsificables precintas de garantía.
En 2018 se ha finalizado con el proceso de actualización de todas las contraetiquetas, las cuales llevan incorporadas la última técnica de seguridad denominada “Contrust Color”, que ha sido desarrollada por la compañía Leonhard Kurz-OVD Kinegram.
Además, y para que todas las botellas puedan llevar incorporadas estas etiquetas, la DO Ribera del Duero ha adaptado su nueva imagen institucional a los dos formatos de contraetiquetas existentes: uno mayor, cuadrado, y otro más pequeño, rectangular, para que cada bodega elija el que más le convenga.
Esta nueva tecnología en las precintas para las botellas de vino supone un paso más en la confianza que depositan los consumidores de Ribera del Duero, así como la seguridad de los bodegueros, al saber que las falsificaciones de vino serán prácticamente imposibles.
Aceite Valentin, nace de la ilusión de la familia Martínez Ruidíaz por recuperar un producto de larga tradición en Murillo de río Leza (La Rioja), donde existen vestigios de que en la época romana de que ya se elaboraba aceite de oliva.