En pleno corazón del barrio de La Latina, en Madrid, se encuentra ÁSTOR Puerta Cerrada, un restaurante que ha ganado fama por su innovadora cocina viajera que fusiona influencias argentinas, peruanas, italianas, francesas y españolas. Pero si hay un plato que está en boca de todos, es sin duda su risotto de hongos con nuez garrapiñada y pera macerada, una creación que ha elevado este clásico italiano a una nueva dimensión gastronómica.
El secreto de este risotto radica en la combinación perfecta de ingredientes frescos y cuidadosamente seleccionados. Los hongos, salteados con precisión, aportan un sabor terroso y profundo que se equilibra con el toque dulce y crujiente de la nuez garrapiñada. La pera macerada introduce un contraste frutal que transforma cada bocado en una explosión de sabores inesperados. Y para coronar el plato, finas lascas de queso parmesano se funden sobre el risotto, mientras la rúcula fresca le añade una nota picante y refrescante.
“Nuestro risotto de hongos con nuez garrapiñada y pera macerada refleja nuestra pasión por crear experiencias culinarias que van más allá de lo habitual. Queremos que cada plato sorprenda y emocione, y este risotto lo consigue con su combinación equilibrada de sabores y texturas, pensada para cautivar tanto al paladar como a la vista”, comenta Andrés Olivares, fundador de ÁSTOR Puerta Cerrada.
Con su ambiente acogedor y su enfoque vanguardista, ÁSTOR Puerta Cerrada se ha consolidado como uno de los destinos culinarios imprescindibles en Madrid. Cada plato cuenta una historia, y el risotto de hongos con nuez garrapiñada y pera macerada es, sin duda, el protagonista indiscutible de esta narrativa gastronómica.
Inspirado en el revolucionario bandoneonista y compositor argentino Astor Piazzolla, quien transformó el tango al fusionarlo con estilos como el jazz y la música clásica, el restaurante ÁSTOR sigue una filosofía similar. Ha logrado fusionar lo mejor de la cocina argentina con influencias peruanas, nikkei, chifa, italiana, francesa y española. Fundado en 2016 por el argentino Andrés Olivares y la vallisoletana Raquel Choya, desde el principio, la pareja tuvo claro que Piazzolla era el ejemplo perfecto para su aventura culinaria, llevando la fusión de sabores a otro nivel.
Con un segundo restaurante en la calle del Almendro, ÁSTOR Puerta Cerrada es el buque insignia de esta propuesta gastronómica. Ubicado entre las calles Segovia y Tintoreros, cuenta con un amplio espacio dividido en dos plantas, con capacidad para 81 personas entre su restaurante, salón privado y terraza. Manteniendo el carácter familiar y acogedor, el diseño del local destaca por sus paredes blancas encaladas, jarapas y alfombras de yute, creando una atmósfera que transporta al Mediterráneo, perfecta para disfrutar de una experiencia culinaria única.
La cocina de autor de ÁSTOR se basa en productos frescos y de alta calidad, ofreciendo un enfoque innovador que sorprende y deleita a sus comensales. Tranquilidad y calma en cada rincón del restaurante para disfrutar de la fusión de culturas y sabores que caracterizan a esta joya de la gastronomía madrileña.
